
Abogacía de Familia
Implicación y disponibilidad sin reservas en la búsqueda de soluciones duraderas
En ADF, lo primero es cuestionar cada asunto – con vosotras y vosotros – desde el punto de vista ético y de utilidad social a la familia. Una vez asumido y siempre que continúe por los cauces de estos servicios jurídicos, es estudiado desde el punto de vista técnico, en base a nuestras normas del derecho de familia, y desde el punto de vista terapéutico, en base al impacto que tiene la aplicación de estas normas en el bienestar emocional de las familias que vais a veros afectadas por las decisiones que tomemos los distintos operadores jurídicos con arreglo a las mismas.
Este despacho nace con una marcada inclinación a cuidar de las familias con hijos e hijas menores cuyos matrimonios o parejas no casadas se encuentran en situación de crisis. Vocación que se concreta en el propósito y recomendación, siempre que sea posible, de evitar los litigios y la judicialización de vuestros asuntos, así como en la aspiración de mantener la paz entre los miembros de vuestras familias, de modo que recuperéis cuanto antes vuestra estabilidad, os centréis en mejorar vuestras relaciones familiares y seáis los protagonistas de vuestra propia historia dejando atrás, por superado, el conflicto original.
El Centro ADF, en tanto que despacho unipersonal, encuentra todo su sentido en el acompañamiento estrecho y constante que ofrece a estas familias. Se trata de un espacio individualizado en el que vais a encontrar implicación y disponibilidad sin reservas en la atención de vuestros problemas; escucha atenta, apoyo y comprensión en cuanto a vuestras principales preocupaciones y expectativas de futuro. Un espacio en el que cada miembro de la familia es único y diferente.
Formando equipo con ADF, vais a participar activamente en la búsqueda de soluciones colaborativas que resuelvan vuestros conflictos familiares. Lejos de posicionamientos inflexibles, vais a dirigir vuestra atención hacia intereses sanos y legítimos; hacia soluciones que contemplen todos los aspectos de cada problema a resolver, de forma que todos ganéis, dándoos voz y voto en condiciones de igualdad y convirtiéndoos en artífices de un cambio de paradigma en la forma de abordar vuestras diferencias.
Sabiendo como sabemos que nuestro actual Sistema de Justicia carece de capacidad para atender cada caso como merecería y que deja infinidad de matices sin resolver por insuficiencia de medios, las ventajas de esta propuesta de trabajo son más que evidentes: vais a obtener un resultado mucho más rápido que el judicial, vais a encontrar soluciones perdurables en el tiempo, sin que vuestras relaciones familiares terminen destrozadas, y vais a aprender un nuevo camino al que acudir ante las dificultades que puedan surgir en el futuro. ¿Creéis que merece la pena tomarlo?