
Coordinación Parental
Velamos por las necesidades de los menores, el respeto a sus derechos y su protección efectiva
Tomando a la familia, en su tan diversa casuística, como unidad social y emocional que sustenta nuestra sociedad y considerando la trascendencia que en ella tiene el responsable ejercicio de la parentalidad, en el Centro de acompañamiento a las familias ADF concebimos la Coordinación Parental como un servicio alternativo, y cada día más necesario, de apoyo al sistema familiar en todo lo que atañe a las relaciones interpersonales que tienen lugar entre sus miembros.
Entendida la Coordinación Parental como servicio de prevención y pacificación de los conflictos familiares y ante la indefensión que sufren las hijas e hijos menores como consecuencia de la separación o divorcio de sus progenitores, velamos por las necesidades de estos menores, por el respeto a sus derechos y por su protección efectiva frente al negativo impacto que estos conflictos ocasionan en sus vidas.
Todos sabemos que cualquier proceso de crisis familiar conlleva unos efectos que exceden de los estrictamente jurídicos. Cada día que pasa conocemos más supuestos de rupturas conflictivas que no acaban ni encuentran solución en sede judicial; todo lo contrario, algunos progenitores cronifican esta situación y se mantienen en guerra durante años; una guerra – con altísimos costes en todos los sentidos – en la que los hijos e hijas menores se convierten en víctimas colaterales y en la que juezas y jueces no disponen de los recursos suficientes para dar solución a estos conflictos parentales.
La complejidad de estas situaciones pone de manifiesto los déficits de que adolece nuestro actual sistema judicial, haciendo urgentes y necesarias nuevas respuestas multidisciplinares capaces de abordar de forma pacífica y eficiente todas las áreas afectadas de la vida familiar que sigue a la ruptura.
Nadie mejor que los propios progenitores puede gestionar y resolver sus controversias, pues solo ellos conocen en profundidad sus circunstancias más íntimas. Son ellos los mejor capacitados para fijar los criterios educativos de sus hijas e hijos en atención a los rasgos de su personalidad y grado de madurez. Conscientes de ello, en ADF, trabajamos por romper con esas dinámicas confrontativas en la que están inmersos y promovemos los cambios necesarios para reorganizar sus vidas familiares en beneficio de la estabilidad de sus hijas e hijos menores y en evitación de daños de impredecible recorrido.
Nuestra labor, en coordinación con los demás profesionales implicados, se dirigirá a implementar un plan de parentalidad que ponga fin a esas guerras sin sentido y a facilitar a estas familias el apoyo, el acompañamiento y las herramientas necesarias para recuperar la esperanza y afrontar, por sí mismas y de forma constructiva y armónica, cualesquiera situaciones adversas en las que pudieran volver a encontrarse.